UNIONES MATRIMONIALES ENTRE LAS FAMILIAS REALES DE ESPAÑA Y FRANCIA (27 MARZO 1721)

            Tras la muerte de Carlos II sin descendientes (1700), España se vio sometida a una guerra de sucesión en la que intervinieron las potencias europeas y que acabó con el tratado de Utrecht, en 1713, que reconoció como rey de España a Felipe V, nieto de Luís XIV de Francia y supuso la sustitución de los Austrias por los Borbones.
Pero para llegar a ese pacto europeo de aceptación de Felipe, nuestro país hubo de hacer no pocas concesiones recogidas en dicho tratado, la más significativa y que aun pervive es la cesión de Gibraltar.
Descontento con las pérdidas territoriales que le imponía la paz de Utrecht, Felipe V intentó recuperar las antiguas posesiones en Italia pero Gran Bretaña, Francia, Países Bajos y Alemania se unieron en la “Cuádruple Alianza” (1718) con el objetivo de obligarle, incluso por la fuerza, a acatar las citadas resoluciones de Utrecht. Derrotada España por la alianza, Felipe V acabó aceptándolas.

Pero Francia, que aunque se había adentrado en territorio español con sus conquistas, había perdido algunas posesiones en Italia, y no olvidaba además su cercanía familiar con el rey de España, propuso una alianza a Felipe V en la que además de devolverse mutuamente las plazas arrebatadas (Fuenterrabía y San Sebastián, por ejemplo, que habían sido tomadas en el transcurso de la última guerra), y mediar ante Gran Bretaña para la restitución de Gibraltar a España, incluía varios matrimonios al más alto nivel político. El 27 de marzo de 1721 se firmó un primer tratado de amistad franco-española.

Al ofrecimiento francés con los tratados de amistad, Felipe V respondió proponiendo bodas entre ambas familias: del Príncipe de Asturias con la princesa francesa Luisa Isabel de Orleáns y el de la infanta española María Ana Victoria con Luís XV.
Fue a partir de esa propuesta cuando se inició lo que los historiadores llaman políticas matrimoniales de los Borbones, que duraron muchos años en el siglo XVIII aunque algunas propuestas se frustraron, dando lugar a enfrentamientos y venganzas con los mismos procedimientos. Como, por ejemplo, fue el caso, después del segundo pacto de familia, cuando una vez acordado el enlace de la infanta Maria Teresa hija de los reyes de España con el delfín o heredero francés, ésta falleció prematuramente y Luís XV se negó a la propuesta del rey español Fernando VI de que la sustituyera su hermana en venganza porque previamente el infante Carlos se había casado con una princesa sajona.  

            Las alianzas matrimoniales durante toda la historia han sido siempre uno de los  instrumentos de la política monárquica, bien para ratificar una reconciliación bien consolidar una alianza. A lo largo de la historia de la Humanidad en la que las bodas eran el resultado de componendas y decisiones de los padres, en el caso de los reyes acababan siendo una razón de Estado. Esta ha sido un uso del sacramento del matrimonio en el que primaban los intereses, por encima de cualquier otro motivo.