Después de haber sido una colonia francesa, tras la Segunda Guerra
Mundial y 25 años de lucha, en 1956 Túnez consigue su independencia. Poco
después el país se convierte en república y en 1959 se promulga la primera
Constitución.
La historia de lo que hoy es la República Tunecina ha girado en torno
a la muy importante ciudad de Cartago.
Fundada en el siglo VII a.C. por los tirios, fenicios descendientes de
los cananeos, de los que se habla mucho en el Antiguo Testamento, durante más
de seiscientos años fue la cabecera de uno de los imperios antiguos más
importantes de la época, los cartagineses, que disputaron a Roma la hegemonía
del mediterráneo occidental. Cartago, que extendió su dominio también por la
península Ibérica, fue finalmente derrotada por los romanos en las llamadas
guerras púnicas y en el año 146 a.C. destruida. Más tarde, en el año 29, el
emperador romano Octavio volvió a reconstruirla como colonia para veteranos y
pasó a ser una de las zonas productoras de cereales más importantes del
imperio. Su puerto fue vital para la exportación de trigo africano hacia Roma y
la segunda en importancia del Imperio con 400.000 habitantes.
Tras haber sido dominada por los vándalos, en el siglo VII pasó a
formar parte del imperio y la cultura árabe cuando estos, tras la aparición de
Mahoma, se extendieron por el Norte de África, llegando hasta España. Desde ese
momento siguió los avatares y la política de su nueva dependencia, primero del
califato omeya, luego del abbasí y desde 1574 del imperio turco u otomano, que
se prolongó hasta 1883 cuando pasa a control francés, que lo declaró un protectorado y, aunque se
mantuvo al rey, en realidad se hicieron cargo del gobierno.
En 1920 se funda el Partido Liberal Constitucional Destour, que
utilizaba un tono moderado frente a las autoridades francesas mientras otro movimiento
que rechaza esta postura tan suave es el partido laico y progresista Neo-desturiano,
fundado por Habib Bourguiba que se convierte en un partido de masas en poco
tiempo. Este marcará el tono de la lucha tunecina por su independencia, que fue
tensa, dura y sangrienta y que Francia terminó por reconocer
"solemnemente" el 20 de marzo de 1956. Se celebraron las primeras
elecciones del país a la Asamblea Nacional Constituyente en la que este partido consiguió todos los escaños y
Burguiba fue elegido presidente de la primera Asamblea Nacional y unos
días después nombrado primer ministro. En ese mismo año Túnez fue admitida como
miembro de las Naciones Unidas.
En 1957, la monarquía de Muhammad VIII al-Amin, conocido como Lamine
Bey, fue derrocada y se proclamó la república. El rey había reinado desde 1943
y era miembro de la dinastía husainí que había gobernado Túnez desde 1705.
En 1987 el presidente Bourgiba sufre
síntomas de envejecimiento y enfermedad y es sustituido por su primer ministro
Zine El Abidine Ben Ali, que, tras varios procesos electorales corruptos, se ha
mantenido en el poder desde entonces hasta los últimos acontecimientos de enero,
en los que el movimiento popular ha conseguido que abandone el poder y el país.
(Túnez fue española durante unos pocos años. A
inicios del siglo XVI, en la época de Carlos I, España logró controlar algunas
ciudades costeras, que fueron perdidas rápidamente ante el Imperio otomano. De
todas maneras conviene recordar que más de la mitad de los moriscos que fueron
expulsados de España en 1609 se instalaron allí y fundaron ciudades en la que
aún es posible encontrar vestigios y tradiciones de ellos).