MUERE FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS EN MADRID (17 JULIO 1566)

      Bartolomé de Las Casas fue un fraile dominico español, escritor, cronista, filósofo y teólogo, y obispo de Chiapas en Méjico. Por la defensa que hizo de los derechos de los indios, el cardenal Cisneros le otorgó el título de "Protector de los indios".
      Había nacido en Sevilla el 24 de agosto de 1484 en una familia de clase media baja pero que le permite, por mediación de un familiar, estudiar humanidades en Salamanca. Su padre, que se había enrolado en el segundo viaje de Colón, le trajo un indio de paje, al que hizo "sujeto de observación" investigando su lenguaje y su mitología.
      El 13 de febrero de 1502 sale para América donde vive como un encomendero más aunque sin excesivo rigor y con un tono de benevolencia. En 1506 regresa a Sevilla y se ordena como sacerdote.
      Regresa a La Española (hoy Haití y la República Dominicana) en 1508 y, a partir de los sermones del misionero dominico español Antonio Montesinos, tomó conciencia de la situación del maltrato a los indios.
      Tras hacer varios viajes a España para exponer a las máximas autoridades lo que está ocurriendo en Las Indias y tratar de conseguir que la situación se mejore y la legislación suavice o modifique la situación, sin obtener ningún éxito, en 1520 ingresa en la orden de los Dominicos y a continuación decide retirarse unos años para dedicarse a la reflexión y a escribir sus libros.
      Regresa a América en 1235 donde encuentra que todo sigue más o menos igual y vuelve a España donde por fin consigue una entrevista con Carlos I, que, prestando oídos a sus demandas y a las nuevas ideas del derecho de gentes (algo así como lo que hoy llamamos derechos humanos) difundidas por Francisco de Vitoria, convoca al Consejo de Indias y, como resultado de esos trabajos, se promulgan el 20 de noviembre de 1542 las “Nuevas Leyes de Indias” en las que se prohibía la esclavitud de los indios y se ordenaba que todos quedaran libres de los encomenderos y fueran puestos bajo la protección directa de la Corona. Se disponía además que, en lo concerniente a la penetración en tierras hasta entonces no exploradas, debieran participar siempre dos religiosos, que vigilarían que los contactos con los indios se llevaran a cabo en forma pacífica dando lugar al diálogo que propiciara su conversión.
       En 1547 regresa definitivamente a España, donde tiene una famosa polémica con Ginés de Sepúlveda a cuenta del trato a los indios y sobre la legitimidad de la conquista en 1550, y, ya anciano, renuncia a su obispado. Muere en Madrid el 17 de julio de 1566.
       Está declarado santo por la Iglesia anglicana, la cual celebra su festividad el 20 de Julio. En el año 2000 la Iglesia Católica dio inicio al proceso de beatificación.
      Entre sus obras más significativas se pueden citar: “Historia de la destrucción de las Indias”, “El confesionario” y “Los dieciséis remedios para la reformación de las Indias”.
      El domingo 21 de diciembre de 1511, cuarto domingo de Adviento (llamado por eso el “sermón de Adviento”), aprovechando que en esa festividad se lee el texto del Evangelio de san Juan donde se dice " «Yo soy una voz que clama en el desierto», fray Antonio Montesinos subió al púlpito como portavoz de la primera comunidad de dominicos en América, concretamente en Santo Domingo, y pronunció el sermón preparado previamente y firmado por todos los frailes.
       «Esta voz [os dice] que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué auctoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muerte y estragos nunca oídos habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades [en] que, de los excesivos trabajos que les dais, incurren y se os mueren y, por mejor decir, los matáis por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine y cognozcan a su Dios y criador, sean baptizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos? Estos, ¿no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amallos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto, que en el estado [en] que estáis no os podéis más salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo».
      Primera Comunidad de Dominicos en América 
      El problema vino al domingo siguiente. La reprimenda la dignidad humana de los nativos y el reclamo a su responsabilidad de cristianos, había creado una tremenda tensión entre conquistadores y españoles y las autoridades les exigieron rectificar. Pero, en lugar de la retractación pública que esperaban, comenzó reafirmando el sermón anterior y hasta amenazando con negar la absolución en la confesión a los encomenderos.
      Dos consecuencias se derivaron de estos dos sermones. Una, que a los dominicos se les prohibió continuar predicando sobre estos temas. La otra fue que de ahí derivó la conversión de Bartolomé de las Casas, que se hizo dominico y fue un grandísimo defensor de la dignidad y los derechos de los nativos.