vive Dios que no lo sé,
pero delicada fue
la invención de la taberna.
pido vino de lo nuevo,
mídenlo, dánmelo, bebo,
págolo y voyme contento.
En él se da la circunstancia de que, aunque algunos
de sus versos son conocidos y han pasado a las antologías, poca gente sabe de
su autor. Es lo que ocurre con los elogios que hace tanto de la buena comida
como de la bebida y especialmente con la estrofa en la que celebra la invención
de la taberna, un texto que aparece escrito en muchos establecimientos de ese
tipo:
Si es o no invención moderna,
Porque allí llego sediento,
Fue el sexto hijo de una familia numerosa y
acomodada de conversos y parece que estudió Humanidades. Durante un tiempo fue
prisionero de los franceses y sirvió en la guarnición del Castillo de Jaén. Mejor
poeta que soldado, en opinió9n de un experto, su vida transcurrió entre
actividades cívicas, como la de administrador de un conde, y militares, propias
de la clase social a la que pertenecía y que no le impidieron que pudiese
dedicar un tiempo a la literatura.
Tal como se refleja en su obra, era de
carácter risueño y optimista, lo que no está en contradicción con un espíritu austero
y sufrido, siempre haciendo frente a cualquier adversidad, como a la larga
enfermedad de la gota que sufrió durante muchos años. Sencillo y cordial, nunca
buscó la fama. Hacer versos era para él una forma de placer interior.
Cuando murió, sus poesías no habían sido publicadas
y sólo pudo hacerse después gracias a una copia de que disponía el pintor
sevillano Francisco de Pacheco (maestro y suegro de Velázquez).
Su poesía se caracteriza
por ser epicúrea, es decir, canta a la felicidad y a los placeres, a los que
considera referentes fundamentales de la vida pero sin dejarse llevar por ellos
como una norma de conducta.
Cultivó la lírica
amorosa y religiosa pero destacó sobre todo como autor de poesía satírica,
burlona, festiva y jocosa, en la que fue un maestro. Pueden citarse los títulos
de algunos de sus poemas más conocidos como, por ejemplo, Consejos a una viuda;
A un giboso delante; La nariz de Clara; Los ojos de Ana; o Salir por pies.
Pero
los verdaderamente conocidísimos son los
que se incluyen a continuación. Una composición muy original “Tres cosas”, y en
especial “La cena jocosa” en la que, tras una introducción trivial, hace una
descripción sobresaliente de unos exquisitos alimentos.