MUERE EL POETA ANDALUZ BALTASAR DEL ALCÁZAR (16 ENERO 1606)

        Baltasar del Alcázar fue un poeta andaluz del Siglo de Oro, que nació en Sevilla en el año 1530 y murió en Ronda en la fecha señalada


vive Dios que no lo sé,
pero delicada fue
la invención de la taberna.
pido vino de lo nuevo,
mídenlo, dánmelo, bebo,
págolo y voyme contento.

En él se da la circunstancia de que, aunque algunos de sus versos son conocidos y han pasado a las antologías, poca gente sabe de su autor. Es lo que ocurre con los elogios que hace tanto de la buena comida como de la bebida y especialmente con la estrofa en la que celebra la invención de la taberna, un texto que aparece escrito en muchos establecimientos de ese tipo:
Si es o no invención moderna,
Porque allí llego sediento,

Fue el sexto hijo de una familia numerosa y acomodada de conversos y parece que estudió Humanidades. Durante un tiempo fue prisionero de los franceses y sirvió en la guarnición del Castillo de Jaén. Mejor poeta que soldado, en opinió9n de un experto, su vida transcurrió entre actividades cívicas, como la de administrador de un conde, y militares, propias de la clase social a la que pertenecía y que no le impidieron que pudiese dedicar un tiempo a la literatura.  
 Tal como se refleja en su obra, era de carácter risueño y optimista, lo que no está en contradicción con un espíritu austero y sufrido, siempre haciendo frente a cualquier adversidad, como a la larga enfermedad de la gota que sufrió durante muchos años. Sencillo y cordial, nunca buscó la fama. Hacer versos era para él una forma de placer interior.
Cuando murió, sus poesías no habían sido publicadas y sólo pudo hacerse después gracias a una copia de que disponía el pintor sevillano Francisco de Pacheco (maestro y suegro de Velázquez).

            Su poesía se caracteriza por ser epicúrea, es decir, canta a la felicidad y a los placeres, a los que considera referentes fundamentales de la vida pero sin dejarse llevar por ellos como una norma de conducta.
            Cultivó la lírica amorosa y religiosa pero destacó sobre todo como autor de poesía satírica, burlona, festiva y jocosa, en la que fue un maestro. Pueden citarse los títulos de algunos de sus poemas más conocidos como, por ejemplo, Consejos a una viuda; A un giboso delante; La nariz de Clara; Los ojos de Ana;  o Salir por pies.

            Pero los verdaderamente conocidísimos  son los que se incluyen a continuación. Una composición muy original “Tres cosas”, y en especial “La cena jocosa” en la que, tras una introducción trivial, hace una descripción sobresaliente de unos exquisitos alimentos.