MUERE EL EMPERADOR ROMANO JULIANO, LLAMADO "EL APÓSTATA" O TAMBIÉN JULIANO II (26 JUNIO 363)

        Flavio Claudio Juliano, llamado “el Apóstata”, que había nacido en Constantinopla (Estambul) fue emperador de los romanos desde el 3 de noviembre del año 361 hasta su muerte el 26 de junio de 363.
Sobrino de Constantino el Grande, el emperador que declaró el cristianismo como religión oficial del imperio, fue junto a su hermano Galo el único superviviente de la purga que acabó con su rama de la dinastía.
      Tras pasar su infancia y juventud apartado del poder y dedicado al estudio de la retórica y la filosofía en las escuelas griegas, siguió una corriente de pensamiento llamada “neoplatonismo” que en aquel momento era una especie de mística y fundamento del paganismo de las clases cultas. Los estudiosos de su vida aseguran que de entonces le viene el convencimiento de la primacía de los cultos paganos.
      Encargado por su primo Constancio, entonces emperador, de controlar militarmente el territorio que hoy representa aproximadamente Francia y los Países Bajos,  siendo amante de las letras y de la filosofía demostró ser un buen militar. En los siguientes años luchó contra las tribus germánicas que trataban de introducirse en el imperio.
      Cuando, envalentonado por sus éxitos militares, trataba de enfrentarse a su primo para arrebatarle su poder, éste murió de improviso, lo que automáticamente le llevó a ser el heredero legítimo y por tanto emperador.
     Nada más tomar posesión de su alta magistratura, tras proclamar la libertad de cultos y religiones, suprimiendo toda la legislación represiva que en la práctica se había originado como consecuencia de haber hecho del cristianismo la religión del Estado, renegó de este y promulgó la vuelta al paganismo, mezclando de manera simplista este con helenismo. Para Juliano, la antigua literatura griega era la fuente principal de la cultura, siendo imposible separar su belleza formal de su contenido ideológico-religioso, todo lo contrario de lo que defendían los intelectuales cristianos  de la época. Se declaró pagano y neoplatónico, lo que le llevó a ese apelativo con el que se conoce en la historia de “el apóstata”.
      Por lo demás su reinado, que no llegó a un par de años, fue bastante insulso. Emprendió una desastrosa campaña contra el Imperio persa, que a fin de cuentas le llevó a la muerte al clavársele una jabalina lanzada por un soldado.
     En todo caso Juliano es especialmente conocido y objeto de estudios históricos y novelados por su decisión religiosa. A partir de ahí son muchos los misterios que rodearon su vida, como, por ejemplo, la teoría de que la jabalina vino de un soldado de su propio ejército que era cristiano o el incidente que surgió al tratar de reconstruir el tempo judío que predecesores suyos habían destruido en el año 70: tras encargar la empresa a un conocido arquitecto de la época y ponerse este en seguida a trabajar con denuedo, se cuenta que unas temibles bolas de fuego estallaron cerca de las obras lo que llevó a que los obreros abandonaron y no volvieron a acercarse por allí. La explicación actual atribuye en todo caso el incidente a un terremoto o a un sabotaje así como tal vez a un fuego accidental pero los historiadores de la iglesia de la época lo achacaron a un milagro de intervención divina. (Gore Vidal, que ha escrito sobre Juliano dice que la frase que se la adjudica antes de su muerte: “Has vencido, Galileo”, en referencia a Jesucristo es de origen apócrifo. Según él, el invento pertenece al apologista cristiano Teodoreto que lo escribió un siglo después de la muerte de Juliano).