BATALLA DE ALJUBARROTA ENTRE PORTUGAL Y ESPAÑA (14 AGOSTO 1385)

      Esta batalla entre Portugal y España, sucedida en Aljubarrota y de alcance decisivo en la configuración de Portugal, aconteció al final de la tarde del 14 de agosto del año 1385 y en ella el ejército luso, dirigido por Juan I de Portugal (1383-1433), infligió una severa derrota a España, que a su vez estaba bajo el mando de Juan I de Castilla (1379-1390).
      Durante la segunda mitad de ese siglo ya venía siendo grande la rivalidad entre Castilla y Portugal, lo que había dado lugar a escaramuzas y reyertas militares entre los dos reinos. La situación se agravó especialmente cuando Pedro, llamado por algunos El Cruel, fue asesinado por su hermanastro (luego rey de España como Enrique II de Trastamara) y murió sin dejar heredero varón. Entonces el rey portugués Fernando I (1367-1383) se declaró aspirante al trono de Castilla y esta pretensión dio a las llamadas “Tres guerras Fernandinas”, que al final se resolvieron en el tratado de Badajoz en 1382. Y como derivación de este tratado se originó la guerra abierta entre los dos países. 
       Porque, aunque en un principio la intención, tanto de Juan I como de Fernando I, era que sus hijos, Enrique de Castilla y Beatriz de Portugal, contrajeran matrimonio para dulcificar la relación entre los dos países, al quedar viudo el rey español sin que se hubiera llevado a cabo ese matrimonio, éste propuso que ya fuese él mismo y no su hijo quien desposase a Beatriz, como así quedó estipulado en el referido Tratado de Badajoz. 
       El problema se planteó crudamente cuando, al morir el rey portugués sin dejar heredero varón, Juan I de Castilla, como esposo de la hija de Fernando, Beatriz de Portugal, decidió aspirar al trono de Portugal, lo que posiblemente habría dado lugar a una unión política de reinos.
      Según cuentan los historiadores, la alta burguesía portuguesa, que tenía unos lazos antiguos con España, veía con buenos ojos este proceso pero no ocurría lo mismo con la burguesía industrial, la pequeña nobleza y las clases populares que temían la desaparición de Portugal. Tras una crisis que duró dos años, consiguieron imponer como rey de Portugal, mediante aclamación de las Cortes reunidas en Coimbra el 6 de abril de 1385, a un hermano natural de Fernando I, Juan de Avis, que tomó el nombre de Juan I. 
      Pero el rey de Castilla no renunció a su derecho a la corona portuguesa y en junio invade Portugal al frente de su ejército, auxiliado por un contingente de caballería francesa. El resultado final de este enfrentamiento es la batalla de Aljubarrota, que los portugueses consideran un timbre de gloria en la consolidación de su país.