SALE A LA LUZ EN PERÓDICO "LA VANGUARDIA" (1 FEBRERO 1881)

En contraposición con la fugacidad de tantas publicaciones que a lo largo de la historia han ido surgiendo y desapareciendo, resulta de extraordinaria relevancia la permanencia de un periódico que nació hace más de un siglo y aún se mantiene como uno de los diarios más pujantes en el panorama de la prensa española y extranjera.

            El día 1 de Febrero de 1881 apareció por primera vez el diario matinal “La Vanguardia”, redactado en castellano con alguna sección en catalán y editado en Barcelona pero con pretensión de ser un diario para toda España.
            A día de hoy y según los últimos datos de difusión, tiene una tirada promedio de 231.582 ejemplares vendidos, lo que le permite situarse en el tercer lugar del ranquin de los grandes diarios españoles, tras El País y El Mundo, y por delante del ABC.
            Pertenece al Grupo Godó (que, además de intervenir en otros proyectos periodísticos, publica desde 1906 “El Mundo Deportivo) y se le considera ideológicamente como un periódico de centro, próximo a Convergencia y Unión. También es considerado un periódico pro-monárquico. Cuenta con corresponsales propios en las principales ciudades de todo el mundo.
  
            Aunque ha sufrido escasos avatares a lo largo del tiempo, su trayectoria,  como no podía ser de otra manera, ha estado vinculada a la historia de España. 
            En la fecha referida, dos empresarios de Igualada, los hermanos Carlos y Bartolomé Godó Pié, sacaron a la calle el primer número, definido entonces como "Diario político de avisos y noticias" y como órgano de expresión de una fracción del Partido Liberal de Barcelona, que aspiraba a conseguir la alcaldía de la ciudad. Siete años más tarde (el 1 de enero de 1888, primer día de la Exposición Universal de Barcelona), apareció ya como diario independiente y al margen de cualquier partido político, plural, moderno y con una doble edición de mañana y tarde. Curiosamente fue el andaluz Modesto Sánchez Ortiz el director que le hizo el gran referente de la prensa barcelonesa y catalana.
            En una constante que nunca perdió, ya desde el primer momento colaboraron en sus páginas autores de la máxima categoría literaria. En aquel período Leopoldo Alas “Clarín” y los escritores de la generación del 98. 

            El momento más difícil y complejo de su camino fue con ocasión de la Guerra Civil. Al principio la Generalidad se incautó del diario y fue el principal órgano de expresión, primero, del Gobierno de la Generalidad, y más tarde, al instalarse el Gobierno central en Barcelona, del Gobierno de la República. En ese período los intelectuales que colaboraron fueron los más destacados de aquella generación como Antonio Machado, Malraux, Max Aub, Ramón J. Sender y otros muchos.
            Con la victoria del bando franquista, la propiedad recuperó el control financiero del diario, pero, a causa de la censura, sin poder intervenir en la línea editorial. El diario fue obligado a cambiar su histórica cabecera por la de “La Vanguardia Española” y Franco impuso como director a Luís de Galinsoga, que no entroncó con la realidad catalana y hasta se declaró públicamente enemigo de Cataluña y de todo lo catalán, lo que le complicó excepcionalmente su imagen. Aun así mantuvo su hegemonía dentro de la prensa catalana.
            El 11 de agosto de 1978, tras una etapa de periodismo plural y democrático, con presencia otra vez de firmas de primer nivel,  apoyando el cambio político, la restauración de la monarquía y la de la Generalidad, volvió a su nombre primero: “La Vanguardia”.
            Parece justo enviarle una cálida felicitación.