ENRIQUE VIII DE INGLATERRA SE CASA CON ANA BOLENA (25 ENERO 1533)

El matrimonio con Ana Bolena, la segunda de las seis esposas del rey Enrique VIII, fue la espoleta que desencadenó todo el proceso de separación de Roma y del papado de la Iglesia Anglicana. El 25 de enero de 1533 se celebró esa boda; el 23 de mayo quedó anulado el matrimonio anterior del Rey con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos; el 28, cinco días más tarde, se proclamó la legitimidad de la boda con la Bolena; el 1 de junio Ana Bolena era coronada, y el 7 de septiembre daba a luz un hijo, que resultó ser una niña. Y que luego reinaría con el nombre de Isabel I (1558-1603).

            La Reforma en Inglaterra no fue el producto de las veleidades de un rey lascivo y caprichoso, que se enamoraba cada dos por tres, como cierta tradición ha querido vender. Puestos a enumerar algunas causas de la desafección al papado, muchos expertos actuales piensan que habría que citar, en primer lugar, las mutuas acusaciones de corrupción de costumbres en un momento histórico en el que Lutero denuncia la venta de indulgencias como forma de provisión económica para Roma. Al mismo tiempo la nueva religiosidad popular europea demandaba cada vez más una fe más de responsabilidad personal y menos de sumisión a intermediarios religiosos.
            En cuanto al Rey no era un asunto menor sino de la más alta preocupación el matrimonio como forma de asegurar la sucesión en el trono. Vistas las experiencias anteriores, resultaba imprescindible garantizar la herencia del reino y evitar de esa manera guerras absurdas y lamentables, algo que Catalina no aseguraba ya. Revocar ese matrimonio y sustituirlo por otro más prometedor había sido una práctica más o menos común y no se encontraba razón alguna para el Papa no accediera a esa petición.