PRIMER MENSAJE EN MORSE (24 MAYO 1844)

El 24 de mayo de 1844, Samuel Finley Breese Morse (estadounidense que había nacido el día 27 de abril de 1791 y fallecido el 2 del mismo mes en 1872) decidió utilizar un versículo -23.23- de “Números”, el cuarto libro del Pentateuco (denominación genérica de los primeros cinco libros del Antiguo Testamento), para transmitir el primer mensaje telegráfico. Lo envió desde Washington D.C. hasta Baltimore, a 37 millas, a su propio ayudante.

            Mucho le había costado obtener los permisos necesarios para la instalación y primera experiencia real de un nuevo sistema de comunicaciones a larga distancia. Ya hacía mucho tiempo que se había pensado en la posibilidad técnica de utilizar la corriente eléctrica en la transmisión de impulsos codificados y, desde ese planteamiento inicial, se estaba trabajando en la idea en bastantes países desarrollados y otros inventores estaban ocupados en tareas similares. Incluso ya había sido presentado en Inglaterra la patente de un telégrafo eléctrico de cinco hilos. Toda esta efervescencia creativa le supuso un montón de litigios y problemas legales para poder obtener los derechos de su sistema, que le fueron definitivamente reconocidos por la Corte Suprema de las Estados Unidos en 1854. Al final, hasta su código alfabético fue aceptado universalmente.

            Con su invento, Morse ganó una gran fortuna con la que compró una extensa propiedad, y en sus últimos años se dedicó a hacer obras filantrópicas, aportando sumas considerables a escuelas y a la Universidad de Yale además de otras asociaciones misioneras y de caridad. Antes ejerció la profesión de pintor pero, a pesar de ser un genio, apenas había conseguido ganar dinero, incluso malvivía con sus escasos ingresos: en ocasiones, llegaba a pasar días sin comer mientras esperaba el pago por algún cuadro o una lección de pintura.