MUERTE DE JOAQUÍN ÁLVAREZ QUINTERO (14 JUNIO 1944)

Sobre Andalucía, sobre su manera de ser y su presencia en España y en su espíritu, hay varias teorías, unas más interesantes que otras, unas más matizadas y más rigurosas que otras. Las hay que se refieren fundamentalmente a la manera de entender la vida que tienen los andaluces, entendiendo que hay un estilo propio, y las que incluyen aspectos socioeconómicos como la pretendida manía de que aquí no se trabaja y la mayoría de la gente vive de subsidios del Estado.

            Entre todas estas doctrinas, destacan aquellas que han hecho de lo folklórico un uso abundante y exagerado para definir qué sea Andalucía. Películas, obras de teatro, narraciones y cuentos, incluyendo tipos e imágenes en televisión y radio, han mostrado de manera excesiva un supuesto perfil cómico del andaluz como característica básica de su forma de ser. Entre los autores, hoy menos conocidos, que propugnaron esta visión de Andalucía son los comediógrafos sevillanos hermanos Serafín (Utrera, 26 de marzo de 1871) y Joaquín (Utrera, 20 de enero de 1875) Álvarez Quintero.  Mientras Serafín había fallecido en 1938, Joaquín murió el 14 de junio de 1944. Ambos en Madrid.

            Autores conjuntamente ambos hermanos de todas las obras de teatro, tras instalarse en Sevilla y triunfar, se marcharon a Madrid donde ya vivieron habitualmente. Su debut como autores tuvo lugar en 1888 con Esgrima y amor en el teatro Cervantes de Sevilla y ya, a partir de 1889, estrenan en Madrid varios sainetes líricos y juguetes cómicos: Gilito (1889), Blancas y negras (1892), La media naranja (1894), La buena sombra (1895), La reja (1897), El traje de luces (1898), El patio (1900). Su primer éxito resonante lo obtuvieron en 1897 con El ojito derecho y a éste sucedieron muchos otros más, siendo especialmente recordados El genio alegre (1906), Malvaloca (1912), Puebla de las Mujeres (1912), Las de Caín (1908) y Mariquilla Sus obras fueron traducidas a todos los idiomas; se representaron en las más apartadas latitudes y sus autores gozaron de innumerables homenajes.

            Como ya se ha dicho, casi todas sus obras son de naturaleza costumbrista, describiendo, a su manera, el modo de ser de los andaluces y dejando a un lado los aspectos sociales, económicos y políticos que afectaban a Andalucía. Nunca se ocuparon de ejercer una crítica social. Se trata en suma, dicen sus biógrafos,  de comedias burguesas que ofrecen una visión idealizada y amable de nuestra tierra que no inquiete al espectador medio, resaltando la alegría de vivir y acallando  cualquier atisbo de conflicto dramático.

            Esta vertiente populista, cómica y superficial les hizo muy populares y conocidos. Aunque en esta época ya apenas lo son, sus creaciones se contabilizaron siempre como éxitos. Sus Obras completas ocupan cuarenta y dos volúmenes.