INDEPENDENCIA DE SWAZILANDIA (6 SEPTIEMBRE 1968)

El Reino de Suazilandia es un pequeño país, sin salida al mar, en el sur de África, con una población total de algo más de un millón de habitantes, que tiene frontera con Sudáfrica y Mozambique. Recibe su nombre de la tribu suazi, una etnia bantú.
            El sistema de gobierno de Suazilandia consiste en una monarquía absoluta. El Rey, Mswati III desde 1986, es el Jefe del Estado y ejerce tanto el poder legislativo como el ejecutivo. Tradicionalmente el Rey gobierna junto a la Reina Madre o “Indovuzaki (literalmente “Gran Elefanta”), la cual es vista como una líder espiritual.

            Suazilandia, a pesar de su escasa relevancia política, económica y social, viene a este “recordando” y es conocido de la opinión pública mundial por dos circunstancias que le hacen ser singular: las costumbres y leyes relacionadas con la vida conyugal del rey, y las normas para evitar el SIDA.  
            Desde siempre el rey de este país ejerce la poligamia (el actual alcanza hasta doce esposas). Pero la originalidad está en el modo de elección. Cada año se celebra una fiesta, la “Danza del Junco”, en el cumpleaños del rey, en la que miles de jóvenes consideradas vírgenes bailan con los pechos descubiertos para homenajearlo: en el transcurso de la misma, una de ellas será elegida por el rey como nueva esposa por lo que al día siguiente dos hombres del séquito de Mswati acuden a su casa y la llevan al palacio real. En todo caso la joven no adquirirá su nueva condición hasta que quede embarazada, en línea con la tradición. Y aunque el comportamiento sexual del actual monarca ha tenido sus detractores, algunos consideran que éste ha sido más bien "conservador" si se tiene en cuenta la tradición familiar pues su padre tuvo un número considerable de esposas, que unos cifran en sesenta y otros suben hasta ciento veinticinco.

            En cuanto a la propagación de VIH (que padece, según cálculos aproximados, al menos el 30% de la población, causa más de 7.000 muertes al año y lleva a que la esperanza de vida sea la más baja del mundo, con tan solo 32,62 años) en septiembre de 2001, Mswati modificó el umchwasho, un rito tradicional del país que busca la castidad, para evitar el contagio. Según la nueva liturgia, las jóvenes menores de 19 años tienen prohibida toda relación sexual durante cinco años y, para lograrlo, llevan una borla de lana de color que indica su estado y que impide a los hombres cualquier contacto carnal con ellas. La norma establece que las chicas "no podrán mantener relaciones sexuales, dar la mano a los hombres ni usar pantalones o vestidos ajustados". (Publicada esa norma, el Rey anunció que renunciaría a la tradición de la nueva esposa pero después no lo hizo y ello generó muchas protestas. Mswati reconoció el error en el que había incurrido y pagó la multa: una vaca).
  
            En el ámbito político, aunque Mswati restauró el Parlamento nacional que su padre había disuelto, éste se limita a debatir las propuestas del Gobierno y a aconsejar al Rey.
            La economía del país sufre demasiadas dificultades. Una buena parte de las tierras está en posesión de los europeos o de compañías extranjeras, pero aproximadamente el 55% lo posee en depósito el rey para que sean utilizadas de forma exclusiva por los suazis.

            El gobierno de Mswati ha sido criticado por ignorar los crecientes problemas de la nación mientras él vive lujosamente, sacrificando la salud de su nación a su confort personal. Esto incluye la compra de una flota de limusinas, un jet de lujo (que costó un cuarto del presupuesto nacional), la construcción y renovación de palacios para albergar a sus muchas esposas, en un país en el que aproximadamente el 34 por ciento de la población activa se encuentra desempleada, de los cuales casi el 70 por ciento vive con menos de un dólar al día. Además ha restringido las libertades civiles y la libertad de expresión en el pasado.