ACCIDENTE FERROVIARIO EN LA INDIA (8 JUNIO 1981)

Conocido es de todo el mundo el carácter de animal sagrado que tienen las vacas en La India y las prohibiciones que derivan de ello. La situación resulta enormemente paradójica e inexplicable para una mente occidental que no acaba de entender cómo es posible que por el país circulen libremente cien millones de vacas “inútiles” mientras el hambre reina entre una gran parte de la población, especialmente campesinos que rehúsan comerlas. Los antropólogos se han ocupado de buscar los orígenes y la explicación a códigos de conducta de contenido higiénico – sanitario similares preconizados por las diversas religiones extendidas por el mundo. En el caso que nos ocupa, algunos entienden que la prohibición puede depender de que este comportamiento produce mayores beneficios a los grupos sociales que si fuesen tratadas como carne para el alimento, tal como ocurre en otras partes del mundo. La prohibición religiosa puede deberse al deseo de controlar las voluntades de los ciudadanos para que no se dejen llevar de la contradicción entre las necesidades inmediatas y condiciones de supervivencia a largo plazo: el agricultor preferiría comer su vaca antes de morir pero moriría de hambre, una vez consumida, si lo hace. En la fecha referida se produjo un accidente que por su magnitud ha pasado a la historia de las tragedias humanas. Un tren, que tenía capacidad para unas quinientas personas, iba, al parecer, completamente saturado, tal como se puede apreciar en multitud fotografías que suelen publicarse con cierta frecuencia, con personas viajando en el techo, colgados de las ventanas, etc. Mientras pasaba por un puente, una vaca se cruzó por la vía y el conductor, para no atropellarla, pisó en repetidas ocasiones el freno de emergencia. Los vagones de cola se tambalearon bruscamente, separándose de la máquina y de otros dos vagones, que permanecieron arriba. Aunque resultó imposible precisar el número de fallecidos dadas las condiciones de saturación del tren y las autoridades indias hablaban de centenares pero no de miles de personas afectadas, en su momento se estimó que podían alcanzar el número de 3.000. (El Gobierno anunció que indemnizaría con mil rupias -unos 18 euros- a las familias de cada una de las víctimas, 750 (casi 14 euros) en caso de heridas graves y de quinientas si leves).