NACE ENRIQUE I DE CASTILLA (14 ABRIL 1204)

      (Curiosa, cuando menos, resulta en ocasiones la concurrencia en una determinada fecha de acontecimientos, dispares del todo en su contenido y desarrollo pero coincidentes por su magnitud o significación. Así el 14 de abril de diferentes años y siglos. Y que hoy los medios de comunicación resaltan.
     Cuatro, al menos, especialmente relevantes, a modo de ejemplo y referencia. (1) La proclamación, en 1931, de la Segunda República, tras las elecciones municipales celebradas el día 12 en las que, a pesar de la victoria monárquica, los republicanos triunfaron en 41 de las 50 capitales de provincia. El rey Alfonso XIII abandona el país. (2) En 1865, en los Estados Unidos, John Wilkes Booth dispara al presidente Abraham Lincoln, que muere al día siguiente. (3) 1981: el primer transbordador Columbia supera su vuelo de prueba; (4) 1912: en el medio del océano Atlántico el barco británico Titanic choca contra un iceberg a las 23:40 en su viaje inaugural. Mueren 1.517 personas de las 2223 que viajaban a bordo).

            Sin embargo, también el 14 de abril, esta vez de 1204, nació el que sería rey de Castilla con el nombre de Enrique I pero que, por el hecho de morir siendo un adolescente, permitió que su corona pasase a su sobrino Fernando III, el santo, y esta circunstancia dio origen a que Castilla y León, que en ese momento eran reinos independientes, se fundiesen en uno solo. “Y para siempre”, como dicen Arsenio e Ignacio Escolar.
            Efectivamente, un lance azaroso, un accidente (una teja que cae sobre su cabeza mientras juega con sus amigos) y, según la opinión de todos los historiadores, fortuito le impidió reinar plenamente. De no haber ocurrido de esta manera, lo más probable es que Castilla y León, al menos de momento, hubiesen seguido siendo reinos independientes uno del otro pues Enrique I habría traspasado la corona a sus hijos y así sucesivamente.   
            Muerto Enrique I y no habiendo más varones hermanos, en 1217, correspondía reinar a su hermana mayor Berenguela pero esta, aunque un poco obligada por los poderes fácticos de la nobleza, solo reinó unos días y optó por abdicar en su hijo antes que reinar ella. Lo que hizo a Fernando, rey de Castilla. La corona de León, aunque con algún problemilla, le vino directamente de su padre, Alfonso IX, cuando este murió en 1230. De esta manera, al asumir los dos reinos ambos quedaron fundidos en uno solo: Castilla y León (aunque este último fuera perdiendo fuelle y autonomía a lo largo del tiempo).

            Hijo menor de Alfonso VIII de Castilla (el de la batalla de Las Navas de Tolosa) y de su esposa, la reina Leonor de Plantagenet (o de Inglaterra), tenía 10 años cuando la muerte de sus hermanos varones y la de su padre le hizo heredar el reino. Pero, como era menor de edad, necesitó de regentes.
            La primera fue su madre, la reina Leonor, pero esta falleció veinticuatro días después. Le correspondió esta tarea entonces a su hermana mayor Berenguela pero, mientras andaban buscándole ya esposa a través de los procedimientos de la época mediante pactos con otras monarquías e intereses de Estado y de la nobleza, el pobre muchacho recibió un golpe en la cabeza y murió a los pocos días.
            Así lo cuentan los cronistas: El rey don Enric trevellaba (jugaba) con sus mozos e firiolo (le hirió) un mozo con una piedra en la cabeza non por su grado (no a caso hecho, diríamos hoy) e muró.

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