NACE EL POETA MADRILEÑO PEDRO SALINAS SERRANO (27 NOVIEMBRE 1891)

       Perteneciente a la espléndida y extraordinaria generación del 27, Pedro Salinas Serrano, para muchos el mejor poeta del amor en el siglo XX,  nació en Madrid en la fecha señalada y falleció en Boston el 4 de diciembre de 1951.
    Había estudiado Filosofía y Letras y Derecho pero las dos tareas que llenaron su vida estaban ambas relacionadas con la literatura. Profesionalmente fue profesor universitario. Ocupó cátedras de literatura tanto en España como después en los Estados Unidos. En este ámbito desarrolló trabajos de investigación y ensayos.
     Mas donde ocupa un lugar relevante en la opinión pública es en su otra faceta, la de poeta, poeta del amor como se ha dicho. También escribió novela y teatro pero quizá su faceta más conocida, por la belleza, naturalidad y cercanía de sus versos, es la poesía.
   Casado con Margarita Bonmatí Botella, una alicantina natural de Santa Pola, Salinas le escribió cada día una carta de amor y ese epistolario fue recogido en Cartas de amor a Margarita (1912–1915) por su hija Soledad. Sin embargo la mayor parte de sus libros de poemas están relacionados con otra relación clandestina (cuando su mujer se enteró intentó suicidarse) con una muchacha norteamericana. Siendo secretario general de la Universidad Internacional de Verano de Santander, allí conoció en el verano de 1932 a una estudiante, Katherine R. Whitmore, que sería luego profesora de lengua y literatura española en Massachusetts La historia terminó cuando Katherine, impresionada por la actitud de su esposa, decidió poner fin a la situación y acabó casándose con un colega suyo. 15 años había durado esa relación.
    Pedro Salinas pasó algunas vacaciones de verano en un pueblo de Alicante, El Altet, pedanía de Elche, donde su mujer poseía una hacienda familiar, de nombre «Lo Cruz». La Guerra Civil Española le sorprendió en Santander y marchó a América para enseñar en la universidad. Falleció en Boston el 4 de diciembre de 1951, siendo enterrado sin embargo en San Juan de Puerto Rico.
      Los estudiosos de su obra la dividen en tres períodos. Tras uno primero de iniciación, en el que publica Presagios, Seguro azar y Fábula y signo, se considera su etapa de plenitud la que desarrolla en los tres libros que escribe bajo la influencia de Katherine, destinataria de La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento, con una poesía genuinamente amorosa, fruto de esa apasionada relación, en la que celebra el amor que da sentido al mundo, y la amada es una criatura concreta con la que el poeta mantiene un coloquio continuo. Su amor no es nunca angustiado sino una fuerza prodigiosa que da sentido a la vida.
        La última etapa, del exilio, incluye El contemplado, Todo más claro y otros poemas y Confianza.