NACIMIENTO DE DON NICETO ALCALÁ-ZAMORA Y TORRES (6 JULIO 1877)

En la ciudad de Priego de Córdoba nació en esa fecha el que, pasado el tiempo, sería el primer presidente de la II República española, en el período de 11 de diciembre de 1931 hasta el 10 de Abril de 1936, en que fue destituido. Catedrático de Derecho Procesal y abogado de gran prestigio. Dentro del Partido Liberal fue diputado, ministro y representante de España en la Sociedad de Naciones. Definido como republicano católico opuesto a la monarquía, propugnó una república conservadora, burguesa, apoyada en las clases medias y en los intelectuales. Tras la proclamación de la República en abril de 1931, fue nombrado presidente del gobierno provisional y confirmado tras las elecciones para elaborar la nueva Constitución pero, como católico, dimitió el 14 de octubre de 1931 por estar en desacuerdo con la redacción de los artículos que se referían a las relaciones Estado-Iglesia. No obstante fue elegido como candidato único a la presidencia de la República el día 2 de diciembre, jurando el cargo el 11. Las relaciones con el Gobierno fueron siempre oscilantes: por ejemplo, cuando Azaña, primer ministro, le presentó para su ratificación la ley de Congregaciones —ley de secularización de la enseñanza— y la del Tribunal de Garantías Constitucionales, que completaban la Constitución de 1931, se resistió al máximo a firmar ambas leyes, aunque no se atrevió a vetarlas. Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, el 7 de Abril sufrió un voto de censura por las Cortes y fue destituido. El inicio de la Guerra Civil le sorprendió en un viaje por Escandinavia y decidió no regresar a España cuando se enteró, según cuenta en sus memorias, re-escritas durante el exilio, de que milicianos del gobierno del Frente Popular habían entrado ilegalmente en su domicilio, robándole sus pertenencias y llevándose el manuscrito de sus memorias. Fijó su residencia en Francia, donde lo sorprendió la Segunda Guerra Mundial. En 1942 llegó a Buenos Aires donde vivió de sus libros, artículos y conferencias. No quiso volver a España durante el régimen franquista aunque, al parecer, se le hizo algún ofrecimiento. Murió el 18 de febrero de 1949. Su cadáver fue repatriado a España en 1979 y enterrado en el cementerio de la Almudena de Madrid. De sus obras más conocidas pueden destacarse “El regionalismo y los problemas de Cataluña”, 1916; “La unidad del Estado y la diversidad de sus legislaciones civiles”, 1924; y las Memorias.