LA CONCORDIA DE ALCAÑIZ (15 FEBRERO 1412)

Se trataba de buscar rey en la Corona de Aragón, donde había fallecido sin descendencia y sin designar heredero, el 31 de Mayo de 1410, el rey Martín I.
            Pero la cosa no estaba fácil. No sólo seis candidatos optaban a la sucesión sino que cada uno representaba fuerzas políticas e intereses diferentes. Hasta el Cisma de Occidente (del que ya se ha hablado en esta sección) incidía en la elección de sucesor de Martín I, apodado también “el Humano” y “el Viejo”.            Ante esta situación se decidió que el sucesor de Martín I sería el que designara un Parlamento General de la Corona, para lo que se reunieron en febrero de 1411 las Cortes bajo la presidencia del arzobispo de Zaragoza, García Fernández de Heredia, resolviendo que las asambleas de los tres reinos se celebrarían en lugares próximos de la frontera común y estableciendo además las condiciones de celebración de las mismas.
            En aquel momento la Corona de Aragón reunía tres reinos: Aragón, Valencia y los condados catalanes.
            Pero, asesinado el obispo, la gestión del acuerdo se complicó dentro de cada reino en los funcionaron más de una comisión y, tras varias reuniones por una y otra parte, por fin el 15 de febrero de 1412 Cataluña y Aragón, reunidos en la iglesia de Santa Maria de Alcañiz firman la Concordia de Alcañiz en la que establecen que nueve compromisarios, tres por reino, reunidos en la localidad aragonesa de Caspe, deliberen sobre los derechos de los pretendientes y decidan cuál debe ocupar el trono, siempre y cuando el elegido obtenga un mínimo de seis votos y al menos uno de cada reino. El reino de Valencia no se sumó en un principio a la Concordia de Alcañiz debido a la resistencia militar que impuso Jaime II de Urgel, pero tras la batalla de Murviedro y la derrota del de Urgel, acabó adhiriéndose a los pocos días, el 27 del mismo mes.
            El 22 de Abril de ese año se inician las deliberaciones de los compromisarios, que disponen del plazo de dos meses para ponerse de acuerdo. En un primer momento, los representantes de los catalanes se mostraron indecisos, mientras que los aragoneses y los valencianos, más vinculados al comercio de la lana y otros intereses económicos castellanos, optaban por Fernando de Trastámara. Durante las votaciones fue muy relevante la opinión de San Vicente Ferrer, uno de los impulsores de esa reunión. Dos días después del plazo, el 24 de Junio, seis compromisarios (los tres aragoneses; dos valencianos; y un catalán) respaldaron la candidatura de Fernando, mientras que los otros dos compromisarios catalanes votaron por otro candidato; el tercer compromisario valenciano se abstuvo.
            Fernando de Trastámara fue proclamado rey el 28 de Junio de 1412 como Fernando I de Aragón.
            A Fernando le sucedieron sus hijos, primero, Alfonso (Alfonso V) y, después, Juan (Juan II).
            A continuación reinó Fernando II (V de Castilla), hijo de este último, que luego se casó con Isabel I de Castilla, llamada “la Católica” A pesar de este matrimonio, ambos reinos conservaron sus instituciones políticas y cada uno mantuvo las cortes, las leyes, las administraciones públicas y la moneda, aunque unificaron la política exterior, la hacienda real y el ejército.
            El Compromiso de Caspe trajo consigo la introducción en el trono aragonés de una dinastía castellana. El castellano pasó a ser el idioma de la corte, y el idioma aragonés quedó para la clase baja, comenzando a desaparecer paulatinamente en favor del castellano.