EL INCIDENTE DE PALOMARES - ALMERÍA - (17 ENERO 1966)

Probablemente en las ediciones de hoy muchos medios de comunicación recordarán el aniversario del que se ha llamado “el incidente de Palomares”, un pueblo de la provincia de Almería sobre el que el año citado colisionaron dos aviones de la Estados Unidos, un bombardero y uno de aprovisionamiento.

            Mientras intentaban repostar en el transcurso de unas maniobras, un error provocó que el bombardero volara excesivamente bajo, lo que produjo la colisión. Ambos aviones se desintegraron y cayeron envueltos en llamas. Siete tripulantes murieron y cuatro lograron caer en parecidas.
            Pero el problema, además de las muertes, vino como consecuencia de la carga que transportaba cada uno de los aviones. El avión cisterna estaba cargado con 110.000 litros de combustible. Por su parte el bombardero estratégico B-52 llevaba cuatro (puede que cinco) bombas termonucleares. De ellas tres cayeron en tierra y otra en el mar: ninguna llegó a explotar. Sin embargo ésta última es la que ocasionó más problemas porque en principio no había forma de encontrarla. La Armada de los Estados Unidos desplegó un gran dispositivo y tras ochenta días fue localizada, gracias a la información que aportó un pescador local, Paco, llamado desde entonces “el de la bomba”.

            Salvo la retirada de la arena contaminada, apenas se realizaron trabajos de campo para averiguar si había quedado radioactividad. Fue famoso el baño que se dieron en aquellas aguas el entonces ministro español Manuel Fraga Iribarne y el embajador en España de los Estados Unidos (una fotografía que dio la vuelta al mundo) para demostrar que no habían quedado afectadas las aguas, lo que hubiera repercutido gravemente en el turismo. Pero no fueron espléndidos ni generosos en buscar la garantía de salubridad de la zona ni tampoco con los protagonistas, en especial con “Paco”. Publicaciones y películas han narrado todo este suceso.