EL ABAD ODILÓN INSTITUYE EL DÍA DE LOS DIFUNTOS (2 NOVIEMBRE 998)

Es opinión común de los paleontólogos (los científicos que se ocupan de estudiar la evolución), antropólogos y demás especialistas del ramo que las ceremonias fúnebres son signo de un determinado nivel de vida inteligente, lo que parece obvio porque ser consciente de la muerte supone poseer, entre otros, conceptos como el de pasado y futuro, en definitiva del tiempo, de posibilidades de otra vida tras la muerte y algunos más o menos complejos.

Estos mismos sabios informan que se han encontrado vestigios de honor a los muertos en la cueva de Atapuerca (Burgos), en la que investigadores españoles están ofreciendo los más importantes últimas descubrimientos sobre la evolución humana) de alrededor de 300.000 años. Este dato da una idea de la antigüedad de los ritos funerarios y de cómo los pueblos primitivos crearon liturgias sobre este acontecimiento, que acabaron siendo comportamientos culturales. Cada civilización con sus prácticas fúnebres ofrece datos más que suficientes de celebraciones en torno a los muertos, en unos casos más religiosos que en otros más paganos pero siempre de veneración.

Pero fue Odilón u Odilo quien en el año 998 (otros autores apuntan que en el 980 o incluso 1030), abad del Monasterio de Cluny, en el sur de Francia, decidió la celebración del 2 de noviembre como fiesta para orar por las almas de los fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada "Conmemoración de los Fieles Difuntos". De allí se extendió a otras congregaciones de benedictinos, entre los cartujos más otros lugares y colectivos, hasta ser aceptado el 2 de noviembre, como fecha en que la Iglesia celebraría esta fiesta. (El monasterio de Cluny, de la orden benedictina, emplazado en la villa de ese mismo nombre en una región situada hacia el Este de Francia, fue fundado en el año 910 con la intención de renovar la vida monástica de acuerdo con la regla de san Benito, del siglo VI. Su influencia fue tan enorme en todo el occidente que de él llegaron a depender más de 1.500 casas. Supuso, al tiempo que una vuelta a los orígenes de la vida monástica un avance en cuanto a sistemas tales como la elección del Abad que se hacía libremente mediante votación entre los monjes. El abad de Cluny, que tenía la categoría religiosa de obispo, se convirtió en uno de los cargos eclesiásticos e influyntes más importantes en todo el Occidente. Odilón u Odilo fue su quinto abad).

Sobre esta conmemoración hay demasiadas cosas escritas pero valga este humilde reconocimiento a quien tuvo la idea de señalar un día universal de los difuntos.

Los Odilón u Odilo, después de varios traslados, celebran su onomástica el día 1 de enero, día y mes en que murió el año 1049, habiendo nacido el año 973.