Son
llamados incunables (del latín, en la cuna) todos los libros impresos antes del
1 de enero de 1501. Parece que la palabra se empleó por primera vez en 1688.
Aunque ya venían existiendo diversos modos de impresión, se da como fecha de la aparición de la llamada imprenta moderna 1453 cuando Juan Gutenberg apostó a que era capaz de hacer una copia de la Biblia en menos de la mitad del tiempo de lo que tardaba el más rápido de todos los monjes copistas, y que éstas no se diferenciarían en absoluto de las manuscritas por ellos.
Aunque ya venían existiendo diversos modos de impresión, se da como fecha de la aparición de la llamada imprenta moderna 1453 cuando Juan Gutenberg apostó a que era capaz de hacer una copia de la Biblia en menos de la mitad del tiempo de lo que tardaba el más rápido de todos los monjes copistas, y que éstas no se diferenciarían en absoluto de las manuscritas por ellos.
No tenía medios económicos para
llevar a cabo su proyecto por lo que acabó asociándose con Juan Fust, un prestamista rumano. Al final,
cuando ya estaba a punto de acabar con las 150 Biblias que se había propuesto, se vio obligado a abandonar el
trabajo por falta de dinero. La tarea la terminó el sobrino del prestamista que
había colaborado, representando a su tío, como socio-aprendiz y las
Biblias fueron vendidas rápidamente a altos cargos del clero, incluido el
Vaticano, a muy buen precio. La Biblia de Gutenberg no fue solo el primer libro
impreso, sino que, además, fue el más perfecto. Su imagen no difiere en
absoluto de un manuscrito. Actualmente, se conservan muy pocas "Biblias de
Gutenberg" —o de 42 líneas— y, menos aún, completas. En España se conserva
sólo una, completa.
Pronto empezaron a llover encargos
de nuevos trabajos. Hoy son reconocidos
como incunables los libros impresos entre 1453 y 1500, que procedían de unas
1.200 imprentas, distribuidas entre 260 ciudades, con un lanzamiento aproximado
de 35.000 obras distintas.
El
primer impreso español que se conserva en la actualidad es el Sinodal de
Aguilafuente, realizado por Juan Párix de Heidelberg (Johannes Parix) en 1472.
Contiene unas actas de una reunión celebrada en esa localidad, Segovia.
Las mayores colecciones del mundo,
con el número aproximado de incunables que poseen, están custodiadas en:
·
la Biblioteca
Estatal de Baviera, en Múnich, con 18.550 volúmenes
·
la
Biblioteca Nacional de Francia, con 12.000 volúmenes,
·
la
Biblioteca Vaticana, con 8.000 volúmenes,
·
la
Biblioteca Nacional de Austria, en Viena, con 8.000 volúmenes,
En nuestro país, la Biblioteca Nacional, en Madrid,
contiene 3.300 volúmenes y la Colombina, en Sevilla, 1.300.